Elige una de las cartas de tu mano y trata de explicarla a los demás jugadores con palabras: puedes decir una sola palabra, o contar toda una historia. El resto de jugadores elegirán entonces una carta de su mano, aquella que cree que más se acerca al concepto que has explicado. Tu objetivo es que al menos uno de los jugadores descubra tu carta, ¡pero no todos! Tu historia no debe ser demasiado evidente, pues tanto si nadie adivina tu carta, como si la aciertan absolutamente todos, te verás perjudicado en la puntuación.